Agenda de actuaciones musicales

Domingo, 14 de julio 2013. 19:00h.
Sedajazz Orchestra & Coros "The Sacred Concert" Duke Ellington. Dir. Perico Sambeat.
Palau de la Musica de Valencia


Sedajazz Orchestra & Coros
Orfeó Valencià Navarro Reverter
Dir. Perico Sambeat
"The Sacred Concert"
de Duke Ellington



"Un concierto muy especial, un ambicioso y bello proyecto liderado por el prestigioso jazzman Perico Sambeat, en el que dirige la Sedajazz Orchestra y una gran Coral, contando con voz solista y bailarín"
 

FORMACIÓN

Perico Sambeat_director

CORAL
Orfeó Valencià Navarro Reverter

SOLISTAS


Elma Sambeat_voz 
Ludovico Hombravella_bailarín de claqué


SEDAJAZZ ORCHESTRA


Alberto Palau_Piano
Miquel Asensi "Rotget"_Batería
Jordi Vila_Contrabajo
Miquel Casany_Guitarra

Voro Garcia_Trompeta
Sergio Garcia_Trompeta
David Martinez_Trompeta
Pepe Zaragoza_Trompeta

Iván Albuixech_Saxo alto y Clarinete
Victor Gimenez_Saxo alto
Vicente Macián_Saxo tenor
Javier Vercher_Saxo tenor y Clarinete
Francisco Blanco "Latino"_Saxo barítono y Cl. Bajo

Toni Belenguer_Trombón
Paco Soler_Trombón
Vicent Pérez_Trombón
Victor Colomer_trombón

EL CONCIERTO

En los últimos años de la vida del Duque Ellington, este gran maestro de jazz exploró su lado espiritual regalándonos extraordinarias obras musicales. Entre 1965 y 1973, Ellington escribió muchas piezas que combinaron los elementos de jazz, la música clásica, la música coral, espirituales, el blues y tap dance.
Les llamó "The Sacred Concerts" (conciertos sagrados), y fueron realizados en iglesias y catedrales en el mundo entero. Duke dijo que esta era la música más importante que había escrito.
A causa de la importancia de la música y el gran número de artistas que intervienen en esta obra, "The Sacred Concerts" de Ellington raras veces ha sido realizado después de su muerte en 1974.
Por un encargo del Festival de Músicas Religiosas y del Mundo que se celebra cada año en Girona, el 30 de Junio de 2007 se llevó a cabo este especial programa conmemorando este concierto, que 30 años antes había realizado el mismísimo Duke Ellington en la catedral de Santa Maria del Mar de Barcelona.


Venta de entradas en taquillas Palau
de la Música y en entradas.com

Horario de taquillas del Palau de la Música:
De 10.00 a 13.30 y de 17.00 a 21.30 horas




EL DIRECTOR

PERICO SAMBEAT

En el año l980 emprende el aprendizaje del saxo de manera autodidacta. Se traslada a Barcelona en l982, donde concluye sus estudios clásicos de flauta al tiempo que se integra en el Taller de Músics, donde estudia armonía y arreglos con Zé Eduardo. Ha tocado en festivales y clubes de jazz por todo el mundo. En l991 se traslada a la New School de Nueva York, donde tiene la oportunidad de tocar junto a gigantes de la talla de LEE KONITZ, JIMMY COBB, JOE CHAMBERS, etc. Además, ha trabajado profesionalmente con STEVE LACY, DANIEL HUMAIR, FRED HERSCH, BOB MOSES, LOUIS BELLSON, MICHAEL BRECKER, BOB MINTZER, MARIA SCHNEIDER, PAT METHENY, KENNY WHEELER, etc.
Son numerosas las grabaciones de Perico Sambeat tanto como líder como cientos de colaboraciones para otros músicos relevantes como por ejemplo Chano Domínguez, Jerry Gonzalez, Ramón Valle, Gerardo Nuñez, Tim Garlan, Jeff Ballard, Guy Baker, Bob Sands, Chris Kase, George Colligan y un largo etcétera.
Perico Sambeat también cuenta en su haber con innumerables reconocimientos de la crítica especializada que le ha recompesado con gran cantidad de premios entre los que destacan:

-Mejor grupo de Jazz con A FREE K en el Festival de Jazz de San Sebastián (1984).
-Primer premio en la Muestra Nacional de Jóvenes Intérpretes l990.
-2º premio del concurso de grupos de GETXO en 1990.
-Premios "JAZZ ENTRE AMIGOS": -- MEJOR GRUPO A FREE K 1987
- MEJOR SOLISTA 1990.
-Premio CARTELERA TURIA a la mejor contribución musical de l99l.
-Primer premio de composición para jóvenes compositores SGAE 1993, y tercer premio 1997.
-Mejor saxo alto español por votación popular en la revista Satchmo jazz 1996.
-Mejor saxofonista por votación popular de L'Associació de musics de Catalunya los años 1994 y 2000.
-Mejor saxofonista por votación popular de la Asociación de músicos de jazz de Valencia (Promúsics) en 2001.
-Premio de jazz del mundo de la música valenciana 2002 (Radio-televisión Valenciana).
-Premi a la seua trajectoria i dedicaçió a les arts escéniques, Godella 2002.
-Premio "Bird Award" al artista que merece más amplio reconocimiento en el Festival North Sea 2003.
-Mejor grupo de jazz en Enderrock 2005 para Perico Sambeat sextet .



LA PRENSA DIJO…

Duke Ellington abrirá el Festival de Músicas Religiosas de Girona
Girona. (EFE).- Un concierto de Duke Ellington acompañado de un grupo de nueve corales gerundenses y una 'big band' inaugurará mañana el VIII Festival de Músicas Religiosas y del Mundo, que ha programado quince conciertos hasta el 15 de julio en Girona.
El festival comenzará en el Auditorio de Girona con el Sacred Concert de Duke Ellington, una producción propia que contará con la intervención en el escenario de la Sala Sinfónica de más de nueve corales gerundenses con 150 cantores y una 'big band' bajo la dirección del saxofonista valenciano Perico Sambeat.

El Auditorio-Palacio de Congresos de Girona ha sido también uno de los escenarios con gran ocupación. En el espectáculo inaugural, el único del Festival en el Auditorio, 'The Sacred Concert de Duke Ellington', asistieron un total de 958 personas, un 86,48% de ocupación.
Treinta años después de un concierto similar de Duke Ellington en la Iglesia de Santa María del Mar de Barcelona, junto con la Coral Sant Jordi, el que está considerado como uno de los grandes músicos del jazz español, Perico Sambeat (1962) dirigirá esta producción que combina fragmentos de los tres Sacred Concerts compuestos por el músico norteamericano. Entre 1966 y 1974, Ellington y su banda recorrieron Estados Unidos y Europa con los tres Sacred Concerts.
Según ha explicado hoy Perico Sambeat, "este concierto en realidad es un compendio de los tres conciertos sacros que hizo, se han perdido gran parte de partituras de Duke Ellington y se dice que gran parte de ellas ni existían, simplemente el le iba diciendo a cada uno que memorizara las líneas". "Esto significa que hemos tenido que hacer una búsqueda a través de Internet para buscar al menos dos fuentes", ha indicado Sambeat. En este sentido, el músico ha explicado que sin perder su identidad prefiere centrarme en el original de Duke que en las versiones que han hecho otros músicos y cree que el resultado final va a ser más parecido al original, por todo lo cual espera "un resultado de primerísimo nivel".

Girona rescata la obra sacra de Duke Ellington en su festival de músicas religiosas. La programación apuesta por la diversidad
JAVIER PÉREZ SENZ - Barcelona - 04/06/2007

La emoción de las saetas en la honda voz de Carmen Linares, el encanto nostálgico de Cesaria Évora, la pureza vocal de The Sixteen y La Venexiana y la magia espiritual de los Derviches de Damasco son algunas de las estimulantes propuestas del 8º Festival de Músicas Religiosas y del Mundo de Girona, que, en su nueva etapa apuesta por la diversidad, incorpora nuevos espacios y potencia las producciones propias. El concierto inaugural, que se celebrará el 30 de junio en el Auditorio Palacio de Congresos, rescata la música sacra de Duke Ellington, en una versión dirigida por Perico Sambeat en la que participarán 200 cantantes.
"Las producciones propias ganan protagonismo", asegura el nuevo equipo directivo. Una de ellas pretende recordar el legendario concierto que Duke Ellington ofreció en 1968 en la barcelonesa basílica de Santa María del Mar, una jornada memorable en la que estrenó The Sacred Concert junto a la Coral Sant Jordi y Oriol Martorell en el marco del Festival de Jazz de Barcelona. "Quienes asistieron a ese concierto aseguran que fue una experiencia musical inolvidable", explica David Ibáñez.
"Ellington estrenó en aquel histórico concierto el segundo de sus tres conciertos sacros y en Girona ofreceremos una selección de los mejores temas de los tres conciertos". La nueva versión correrá a cargo de una impresionante masa coral integrada por más de 200 cantantes de 11 corales de la ciudad de Girona y una big band bajo la dirección del saxofonista Perico Sambeat.

El concert sagrat del Duke obre avui la nova etapa de les Músiques Religioses Perico Sambeat dirigirà a l'Auditori una «big band» i nou cors gironins que sumen 154 veus.
XAVIER CASTILLÓN. Girona


El 1969 Duke Ellington (1899-1974) va dirigir a l'església de Santa Maria del Mar de Barcelona The sacred concert, una de les seves obres més ambicioses i, òbviament, més espirituals, amb el suport en la part vocal de la Coral Sant Jordi. Aquest concert sagrat –concerts, parlant amb propietat, ja que en va fer diverses versions– no s'ha tornat a interpretar en un escenari català fins avui, quan The sacred concert obrirà la vuitena edició del Festival de Músiques Religioses i del Món de Girona, en una respectuosa versió dirigida pel jazzman valencià Perico Sambeat i interpretada per una big band i nou cors gironins que sumen 154 veus.
«Em sento molt feliç i molt honorat per aquest projecte, ja que Duke Ellington és un músic que tots els intèrprets de jazz idolatrem. També és un luxe poder difondre la seva música sacra, que és molt poc coneguda», va dir ahir Perico Sambeat en la roda de premsa de presentació del concert. Dijous, Sambeat va dirigir el primer assaig general amb les corals gironines i ahir al vespre van fer el definitiu, abans de la gran estrena d'aquesta nit (21.00 h; 30, 24 o 15 euros, segons la localitat), per a la qual encara queden entrades. Els cors implicats en el projecte són el de l'escola Claudefaula (dirigit per Quim Bonal), Filharmonia (David Sunyer i Irene Llongarriu), Geriona Juvenil (Imma Pascual), Maragall (Maria Àngels Alabert), Capella Polifònica de Girona (Joan Asin), Preludi (Mercè Rigau), Saba Nova (Roser Busquets), Cor de la UdG (Joan de la Creu Godoy) i Xàntica (Sara Pujolràs). Les corals gironines han estat treballant en el projecte durant tres mesos i mig, sota la coordinació de Joan Sadurní i Francesc Pagès, amb assajos conjunts cada quinze dies: un ritme de treball que s'ha anat intensificant en la recta final. Per la seva banda, Sambeat hi aporta una big band amb una vintena de músics entre els quals destaca una potent secció de vent, amb majoria de músics valencians i alguna «excepció de luxe» com ara el trompetista Michael P. Mossman.

També hi haurà la vocalista Emma Sambeat, neboda del director, que és soprano clàssica i també intèrpret de jazz, i el ballarí de claqué Cesc Miralta.
Sambeat ha fet un compendi dels concerts sacres de Duke Ellington, sobretot del primer i del segon, en una actuació estructurada en onze temes que dura una hora i mitja. Les corals tenen força protagonisme en la majoria de temes –tot i que també n'hi ha un només amb la soprano acompanyada pel piano–, i n'hi ha dos que els canten a cappella. Sambeat, que ha fet tota una recerca per reconstruir les partitures de Duke Ellington, moltes de les quals s'han perdut o no han existit mai, ha consultat els treballs realitzats sobre The sacred concert per musicòlegs suecs i de la Smithsonian Institution, però finalment ha preferit anar a la font primigènia del mateix Duke i està convençut que almenys vuit dels temes que s'interpretaran avui a Girona coincidiran amb els que es van sentir a Santa Maria del Mar. Aquesta producció pròpia del festival gironí ha costat 26.000 euros, i més endavant podria portar-se a altres ciutats com ara Barcelona i València, però sempre amb corals locals.


EL CREADOR

Cuando Edward Kennedy Ellington era niño, anunció a sus   amigos frente a su casa en Washington DC: "Soy un grande y noble duque, y la gente acudirá a mi". Duke Ellington lo logró haciendo música. Fue el compositor más versátil y prolífico de la historia del jazz. Lideró la banda más estable y duradera, actuando sin interrupción durante más de cincuenta años. Duke escribió más de 2000 piezas, entre las que se incluyen baladas, conciertos sacros, blues, música para ballet, "Mood Indigo", "Sophisticated Lady", etc. El motivo de tal productividad lo explicó así: " Tú sabes cómo son las cosas. Llegas a tú casa convencido que te vas directo a la cama, pero te encuentras con el piano que te coquetea, tocas un acorde y antes de que te des cuenta son las 7 de la mañana".

La diversidad y amplitud de su obra se debió en parte a la contribución de los músicos de sus bandas, a quienes Ellington escogió por la variedad de sus estilos y orígenes. Provenían de diversas regiones de Estados Unidos y llevaban consigo sus influencias regionales. Barney Bigard era de Nueva Orleans, Cootie Williams de Alabama, Johnny Hodges y Harry Carney de Boston, Juan Tizol era portorriqueño. Duke utilizó todos estos estilos y con frecuencia incorporó las ideas de sus músicos a sus composiciones. Muchas de las improvisaciones de ellos eran tan brillantes que se transformaban en parte del repertorio estable de la banda. Tanto apreciaba Ellington las personalidades musicales de los miembros de su banda, que escribía cada parte de una composición para resaltar el talento y la habilidad de músicos específicos, mezclando con gran imaginación las ideas de ellos con las suyas. Algunos de los integrantes de su banda permanecerían en ella por más de treinta años.

Uno de los más importantes y notables compositores estadounidenses, Ellington rehusó aceptar barreras de ningún tipo en su obra. Fue un compositor ecléctico, cuya música podía ser muy negra y a veces muy blanca, como también beige, gris y de todos los tonos posibles. Además, refleja su personalidad: Ellington era un hombre de gran mundo, que adoraba la buena comida, vestirse bien y, especialmente, las mujeres bellas.

En 1923 se mudó a Nueva York convencido de alcanzar gran éxito, a pesar de carecer de estudios musicales. No tenía conocimientos de armonía, componía en el piano, tomaba lo que tocaba con la mano izquierda y lo orquestaba. Lo que Ellington logra con sólo tres notas es impresionante. Su genio estaba en que sabía escoger cuáles serían las tres notas claves. Ellington relata: "Escribí 'Solitude' de pie y en sólo veinte minutos. 'Mood Indigo' lo hice en 15 minutos mientras mi madre cocinaba, sin embargo, 'Sophisticated Lady' me demoró más de un mes".

Pasó varios años aprendiendo a ser líder, compositor, arreglador y pianista. Gran parte la aprendió de sus músicos, algunos de los cuales tenían más habilidad musical que él. Inicialmente Ellington quiso capturar los sonidos, imágenes y ambiente de Harlem, los que transformó en una música rica y evocativa, pero distintivamente propia.

Se puede considerar que la carrera de Ellington tuvo tres importantes etapas. La primera empezó a fines de 1927, cuando obtuvo la seguridad del empleo y el prestigio de ser la banda en residencia del famoso Cotton Club en Harlem, donde los mejores artistas negros entretenían tanto a la elite neoyorquina como a gángsters de la época. Para deleitar a un público exclusivamente blanco, el Cotton Club le exigía que presentara shows con escenas cuasi-africanas, lo que lo llevó a componer música que llamó Jungle Music o música de la selva. Duke sobrevivió esos años intacto y con dignidad, una tarea poco fácil.

A principios de los años 30, Ellington agudizó su talento e hizo sus primeros esfuerzos por componer obras de más larga duración. En esta época reemplazó los ritmos típicos de sus bandas anteriores por texturas musicales ligadas por un pulso más sutil, pero no menos incisivo. Ellington comenzaba a experimentar y a desarrollarse como compositor y arreglador, teniendo ya varios éxitos musicales a su haber. Dentro de esos éxitos están sus primeras obras maestras, cuya sutileza y solidez se aprecian sólo al escucharlas detenidamente. Composiciones como "It Don't Mean a Thing (If It Ain't Got that Swing)" revelan que la suya se había transformado en una banda poderosas y expresiva. Las transmisiones radiales del Cotton Club por cadena de costa a costa junto al gran número de exitosas grabaciones, permitieron a Duke sobrevivir durante los años de la Gran Depresión.

A medida que se hacía más famoso, sus composiciones comenzaron a tener más significado en cuanto a sus raíces, su experiencia y cultura afro-americana. La música de "Symphony in Black", un filme de corta duración hecho en 1934, representa varias actividades de la vida de la comunidad negra de Estados Unidos, tema que Ellington utilizó a través de su carrera. También durante esta época comenzó a escribir composiciones que se transformaron en standards del repertorio popular estadounidense, tales como "Mood Indigo", "Sophisticated Lady", "In a Sentimental Mood", "Solitude", "Prelude to a Kiss". Muchas otras vendrían durante las próximas décadas.

Sus crecientes ambiciones artísticas requerían solistas más sofisticados. Para fines de los '30, Duke había acumulado una impresionante colección de músicos, la mejor que había tenido bajo su batuta. Estaba preparado para la segunda etapa de su carrera, la que se inicia en 1939 cuando el joven y virtuoso contrabajista Jimmy Blanton se une a la banda. Ese mismo año comienza la larga residencia del primer mago del saxofón, Ben Webster. La Blanton/Webster Band de Duke Ellington funcionó hasta 1942. Jimmy Blanton fue el primer gran solista en su instrumento. Su hermosa sonoridad, agilidad sin igual, exactitud de entonación, gran swing y conocimiento armónico, lo convirtieron en modelo para una generación de contrabajistas. Tenía sólo 21 años cuando Duke lo descubrió, pero Blanton enriqueció el sonido y enfoque rítmico de la banda e inspiró a Ellington en un período de gran productividad. El bajo de Blanton fue un factor prominente en composiciones como "KoKo", "Jack the Bear" y "Concerto for Cootie". Los otros miembros de esa estelar banda fueron Johnny Hodges, Harry Carney en saxofón, el clarinetista Barney Bigard, los trompetistas Rex Stewart y Cootie Williams (quien fue reemplazado por Ray Nance en 1940) y los trombones de Joe Nanton, Juan Tizol y Lawrence Brown. Sonny Greer en batería y el pianista, como Ellington solía referirse a sí mismo, completaban la banda. Vale notar que estos músicos no sólo eran grandes maestros en sus instrumentos, sino que también fueron importantes contribuidores a la historia del jazz. Sin embargo, todos ellos, sea Webster o Hodges o Cootie Williams, tocaron mucho mejor en la banda de Ellington que en otras situaciones. Existía una especie de inspiración mutua entre Ellington y sus músicos.

El fin de la década también coincidió con la aparición de Billy Strayhorn, un brillante y joven arreglador que se unió a la banda en 1939. Strays, como lo llamaba Duke, se convirtió en su colaborador principal. Billy Strayhorn era capaz de complacer a Ellington en cualquier tarea musical que éste le encomendaba y tenía el talento de reflejar su estilo y manera de componer, pero al mismo tiempo mantenía sus propios conceptos innovadores. La carrera de Strayhorn fue la de trabajar para Ellington sin interrupción durante el resto de su vida. Algunas de las más sobresalientes composiciones que naturalmente se asocian con Ellington, en realidad son de Strayhorn, como "Lush Life", "Chelsea Bridge", "Passion Flower", "Isphahan" y "Blood Count" [Se recomienda a los interesados en esta materia "Lush Life - A Biography of Billy Strayhorn", por David Hajdu, editado en 1996 por North Point Press].

En los '40 Duke inició una serie de conciertos anuales en el Carnegie Hall. El primero, celebrado en enero de 1943, fue una ocasión auspiciosa no sólo para él sino también para el jazz, ya que presentarse en una sala donde normalmente sólo se tocaba música docta era una novedad. Benny Goodman había aparecido en el Carnegie Hall, pero hacía cinco años que no se escuchaba jazz en esa sala. Ellington aprovechó la ocasión para estrenar su primera obra larga, "Black, Brown and Beige", de cerca de una hora, la cual describe como un pieza que refleja la historia paralela de los afro-americanos. Fue la obra más ambiciosa y espectacular compuesta por él hasta ese momento, y su enorme éxito le permitió seguir con ese tipo de composiciones por el resto de su carrera.

Lamentablemente, si se le pide a cualquier aficionado a la música de Ellington que mencione algunas de sus más importantes composiciones, sin duda incluirá "Sophisticated Lady," "In a Sentimental Mood," "Don't Get Around Much Anymore," "It Don't Mean a Thing If It Ain't Got That Swing". Todas ellas merecen un lugar privilegiado en los standards de la música popular moderna de los Estados Unidos, pero ninguna se aproxima al nivel artístico de sus composiciones más extensas, como "Such Sweet Thunder", "Deep South Suite" o "New Orleans Suite". Estas obras, y otras como ellas, fueron muy importantes para Ellington, quien pasó gran parte de su carrera tratando de extender el jazz más allá de la composición de tres minutos con improvisaciones simples, hacia un ámbito de composiciones más serias y de mayor peso.

Por varios motivos su popularidad se desvaneció a fines de los '40. La pérdida de músicos clave, la huelga de grabación que ocurrió durante la segunda guerra mundial, el boicot por parte de las cadenas radiales y el cambio del gusto musical del público, tuvieron un efecto negativo en su banda. La partida de Johnny Hodges, Sonny Greer, Lawrence Brown y Cootie Williams en 1951, marca la etapa de menos éxito de la carrera de Duke. Su hijo Mercer relata que en varias ocasiones durante los próximos años la banda actuó con un público de menos de treinta personas y que Ellington consiguió mantener sus músicos a sueldo sólo gracias a los derechos de autor que recibía de sus composiciones. Pero a pesar de su falta de popularidad y éxito comercial, las grabaciones de esa época revelan una banda llena de vitalidad que explora nuevas ideas y al mismo tiempo recicla ideas antiguas en forma sorprendente.

El Festival de Jazz de Newport de 1956 señala la vuelta de Ellington a la popularidad y nuevamente lo convierte en una respetable personalidad del jazz. Su tercera y última etapa se inicia con el retorno triunfante de Johnny Hodges y el solo de 26 coros del saxofonista Paul Gonsalves en la composición "Diminuendo and Crescendo in Blue", que enloqueció al público en Newport. El sello Columbia editó poco después la grabación hecha en ese festival, la cual rápidamente se convirtió en gran éxito comercial. De hecho, es el disco que más se ha vendido de los cientos que grabó Duke Ellington con sus bandas.
 
Si bien en esta etapa, que se extendió durante los años 60, Ellington no llega a los niveles artísticos anteriores, se distingue por su gran productividad. La muerte de Strayhorn en 1967 tuvo un efecto devastador en Duke, quien se vio con varios proyectos a medio camino y obligado a trabajar el doble de lo que estaba acostumbrado. De algún modo la muerte de Strayhorn estimuló su creatividad y durante este período Ellington se concentró en escribir sus suites. Además, poco a poco se fue tornando más hacia la introspección y concentrando sus esfuerzos en la música sacra, la que culmina con sus tres "Sacred Concerts" (1968). Al respecto Ellington comenta: "He tocado en night clubs, en las más famosas salas de conciertos del mundo y con las mejores orquestas sinfónicas, pero siempre lo hice para ganarme la vida. Pero cuando toco música sacra, lo hago para mí, es algo personal, no es para mi carrera. Es lo más importante de mi vida".
La repentina muerte de Johnny Hodges en 1970 marca el principio del declive de la banda y de Ellington. Si bien Duke continuó grabando, haciendo giras y produciendo buena música hasta su muerte, el 24 de mayo de 1974, en las grabaciones de esos años la banda ya no brilla y ocasionalmente el cansancio de su líder es notorio. Sin embargo, hay momentos en que su sonido es tan espectacular e impresionante como el de épocas anteriores.

La contribución de Ellington al arte y a la cultura musical del mundo es enorme, especialmente si a sus miles de composiciones de jazz se le suman sus varias óperas, un par de ballets y más de diez shows musicales. Su estilo fue único e imposible de categorizar, ya que nunca se ciñó a un tipo específico de música. El jazz de Ellington fue exclusivamente suyo, pero su influencia es evidente en bandas y músicos desde la era del swing hasta los compositores del avant-garde, incluyendo a músicos del calibre de Thelonious Monk y Cecil Taylor.

Desgraciadamente hoy, cuando el mundo de la música se prepara para celebrar el 29 de abril el centenario del nacimiento de Ellington, la obra de mayor envergadura de este genio yace casi intocada. El público y muchos músicos adoran sus piezas más cortas, pero tienen escasa noción de la existencia de sus trabajos más imponentes. La King Brand Co. de Nueva York, la mayor editora de la música de Ellington, comenta que sólo vende una copia al año de sus obras más largas y que en total no ha vendido más de 100 copias de ninguna de ellas.

Las razones para esta anomalía son tan numerosas como frustrantes. Ni Ellington ni su personal se tomaban la molestia de preservar las partituras, principalmente porque las habían memorizado y porque al prolífico compositor le importaba más escribir nuevas piezas que documentar las anteriores. Para recuperar una obra como la "New Orleans Suite" o la "Toot Suite", sería necesario transcribirla nota por nota a partir de una grabación, tarea sumamente lenta que requiere un músico con gran habilidad para transcribir. David Berger, copropietario de King Brand Co., lo ha hecho con más de una docenas de composiciones, pero hasta hoy existen partituras pobremente preservadas y casi sin editar en las bodegas del Smithsonian Institution en Washington, DC.

De cualquier modo, tanto durante la vida de Ellington como en la actualidad los músicos han evitado tocar estas piezas. La principal razón para ello, según Berger, es que esta parte de su producción es demasiado compleja y los músicos no tienen el talento que ella requiere. De acuerdo a William Russo, cuya Chicago Jazz Ensemble se dedica a tocar las composiciones de mayor peso de Ellington, lo mismo sucede con los críticos, quienes no entienden una música tan sofisticada.

Pero mientras Russo y su Chicago Jazz Ensemble y Wynton Marsalis con la Lincoln Center Jazz Orchestra se mantengan trabajando, y mientras intelectuales como Gunther Schuller, David Baker y Berger sigan dirigiendo bandas de jazz por el mundo, toda la música de Ellington se seguirá escuchando. Como dice Berger, "La música de Count Basie es más fácil de entender, la de Glenn Miller es más popular, pero eventualmente la música de Ellington es la que perdurará".

  
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